TECNIFUEGO, Asociación Española de Sociedades de Protección Contra Incendios, es la patronal del sector contra incendios, con 140 empresas asociadas directas que representan a 300 compañías y emplean a 6.000 personas.
Según los datos aportados por la asociación, en 2018, la facturación del sector de protección contra incendios se situó en 2.700 millones de euros. Una cifra de negocio que viene mejorando desde 2015 y que supone un crecimiento del 8 % respecto a 2017. Sin embargo, esta cifra sigue sin alcanzar la facturación anterior a la crisis de 2007.
La evolución y recuperación del sector responde, entre otros factores, al cambio de ciclo en la economía mundial y española, con un crecimiento sostenido en los tres últimos años; a la recuperación del sector de la construcción y a la entrada en vigor de la nueva legislación que busca incrementar la seguridad de las personas y los bienes.
Por áreas, la facturación de la protección activa se eleva hasta los 1.800 millones de euros y la de la protección pasiva alcanza los 900 millones de euros. En protección activa, esta cifra se reparte entre fabricación/distribución (39 %) e instalación y mantenimiento (61%). Por lo que respecta a la protección pasiva, la fabricación representa el 22% del total y la instalación y mantenimiento, el 78%.
Las perspectivas para 2019 son de crecimiento sostenido, favorecido por la actualización de las normas y legislación que regulan al sector.
El número de empresas del sector de protección contra incendios se mantiene en 900 compañías de más de 20 trabajadores que emplean a 18.000 personas.
A estas cifras económicas hay que añadir unos datos estadísticos preocupantes, presentados recientemente por APTB (Asociación Técnicos Bomberos) y Fundación Mapfre, que sitúan el número de muertes por incendio, en 2017, en 184 personas. Son malos datos ya que suponen un incremento del 21,7% respecto a 2016.
En este sentido, TECNIFUEGO ha iniciado una campaña de concienciación bajo el título “Los incendios matan. La protección es posible” que incide en la necesidad de instalar medidas adecuadas para la protección contra incendios en todos los ámbitos de la actividad humana, incluidas las viviendas.