Uno de los temas prioritarios del Comité de Instalación, mantenimiento e ingeniería de sistemas y equipos es que el Ministerio de Industria, tras la reordenación interna acaecida, decida avanzar hasta dar luz verde al nuevo Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios, RIPCI, cuya última revisión circuló hace más de un año. El actual reglamento tiene más de 20 años, todo un récord para estar hablando de seguridad y se traduce en que los avances tecnológicos habidos, los aumentos de seguridad y fiabilidad de los sistemas, el control de productos y sus certificados, el avance y actualización de la normativa no son exigibles, por lo que una de las labores principales de esta nueva etapa será ponerse a disposición del Ministerio para colaborar en todo lo posible y desbloquear cuanto antes su aprobación.
Nuestro sector, tiene algún problema añadido y alguna necesidad. Por ejemplo la adaptación y el cumplimiento legislativo, la normalización y la inspección. Estos tres aspectos son cruciales para conseguir un sector fuerte y unos usuarios satisfechos. La problemática surge, precisamente, del incumplimiento de estos requisitos, ya que una falta de normalización, además de suponer una competencia desleal para el sector, contribuye a una falta de seguridad, que es mucho más grave aún, se intentará revisar todas las normas asignadas a este Comité y colaborar con el resto que necesiten de nuestro apoyo y ayuda.
Tan importante como la instalación de un sistema de protección contra incendios es su correcto mantenimiento, un servicio y mantenimiento inadecuado e insuficiente inutiliza completamente la instalación y tristemente instalaciones que fueron perfectamente ejecutadas, quedan fuera de servicio en un corto espacio de tiempo.
Otra situación importante y más ahora en la etapa económica que estamos viviendo en algunos usuarios es el precio ya que aún existe la creencia de que la ingeniería y el mantenimiento en este tipo de seguridad la puede desarrollar cualquiera, y así nos encontramos en ocasiones proyectos que desembocan tristemente en situaciones en las que los sistemas instalados no son adecuados a los riesgos que tienen que proteger, deficiencias en los montajes que los hacen ineficaces, y finalmente lo que aún es peor, no tienen garantía de tener cubiertos unos objetivos mínimos de seguridad y protección contra incendios.
Tenemos que reconocer que no será fácil, pero ahí es donde nos dirigimos, por ello invito a las empresas que comparten estos objetivos, y no están asociadas, a unirse a TECNIFUEGO-AESPI para trabajar por un sector más fuerte y profesional.