Notas Informativas

INCENDIOS FORESTALES: METEOROLOGIA ADVERSA, FALTA DE PREVENCIÓN Y PROTECCIÓN E INTENCIONALIDAD, LOS ENEMIGOS DEL BOSQUE

21/05/2014

Meteorología adversa (temperatura del aire, su humedad, la presión atmosférica, el viento o las precipitaciones), falta de conciencia en prevención, impunidad frente a incendios intencionados y escasas medidas de protección frente a los incendios hacen de España uno de los países europeo que más incendios forestales sufre, solo por detrás de Portugal.

Según los expertos, la probabilidad de que se produzca un incendio forestal depende de varios factores, todos ellos interrelacionados entre sí y que inciden directamente en el problema: la meteorología, un aspecto determinante tanto en la fase de ignición como en la de propagación del incendio; la frecuencia de aparición de causas de ignición; y la puesta en marcha de medidas preventivas, así como la capacidad de extinción material y humana.
En su último informe, WWF España, ha alertado que en 2013, el 60% de los Grandes Incendios Forestales (GIF) sucedieron en zonas donde las masas forestales habían sido fuertemente modificadas; el 87% de la superficie forestal española carece de planes de gestión; el 41% de la superficie forestal afectada se quema en el 0,2% del total de siniestros.; y la mano del ser humano está detrás del 96% de los incendios.
Haciendo hincapié en este último dato, llama la atención la distribución territorial de los incendios, el territorio más afectado, no es el arco mediterráneo sino el noroeste peninsular, con un clima atlántico o continental húmedo. De media, más del 70% de los incendios forestales en España se producen en las comunidades del noroeste peninsular, a la vez que más del 60% de la superficie forestal y casi el 50% de la superficie arbolada afectada por el fuego se encuentran en dichas comunidades. Esta distribución territorial de los incendios evidencia también su intencionalidad.
Así, la teoría se ha trasladado ya al terreno: la temporada de riesgo de incendio forestal 2014 ha comenzado en Valencia (meteorología adversa) y en Galicia (intencionalidad). Siguiendo las pautas típicas del clima mediterráneo (escasez de lluvias, elevadas temperaturas y velocidad del viento) y de la falta de prevención (falta de limpieza en el monte, fuegos artificiales en zonas boscosas, urbanizaciones sin medios ni medidas de protección básica contra incendios) se ha centrado en el territorio valenciano. Con incendios como el de Torrent y Denia que ha quemado más de 300 hs y provocó la evacuación de 3.000 personas, y donde ardieron una decena de casas, han llevado a la Comunidad Valenciana a adelantar la campaña de prevención. En este sentido, Serafín Castellano, conseller de Gobernación, ha informado que hasta el 30 de abril se han producido 202 incendios en la Comunidad que han afectado a 685,55ha.

Y en otra de las zonas tristemente “protagonista” de la temporada: Galicia, el primer gran incendio del año en el ayuntamiento orensano de Rubiá (cerca de 300 hs), está lindando al parque de la Serra de la Encina de Lastra, de gran valor ecológico.

CONSEJO DE EXPERTO, SEGURIDAD EN ZONA URBANO FORESTAL

Ante lo que pueda ser un año especialmente difícil, los expertos en el área de incendios forestales de TECNIFUEGO-AESPI, Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, alertan de que la seguridad y defensa de nuestros bosques ante un incendio solo es posible si se ha realizado una planificación y se han tomado las medidas de prevención adecuadas
Uno de los aspectos en que se quiere llamar la atención es la falta de legislación en urbanizaciones cercanas a bosques en cuanto a su protección frente al fuego, tanto en la reacción de los materiales frente a un fuego (que no ardan o tarden el mayor tiempo posible en arder) como a su resistencia, que no colapse y pueda evacuarse adecuadamente.
Si bien, hay que dar la bienvenida a la nueva Directriz Básica de Planificación de Protección Civil de Emergencia por incendios forestales (nov. 2013), ya que establece los criterios mínimos que han de seguir las distintas Administraciones Públicas para confeccionar los planes territoriales y su coordinación óptima y eficaz con un mismo modelo común. Además, el texto propone una clasificación genérica del índice de gravedad potencial de un incendio forestal en cuatro grados, que se utilizará como un indicador de los daños que se prevé que pueda llegar a ocasionar.
Y aborda, por primera vez, el riesgo de emergencia de incendios forestales en las áreas colindantes entre el terreno forestal y las áreas habitadas, es decir, urbanizaciones que están en contacto directo con el monte.
Ahondando en las medidas básicas de seguridad y prevención, los expertos de TECNIFUEGO-AESPI piden cumplir estos requisitos básicos que pueden evitar incendios y riesgo en urbanizaciones:

  • La urbanización debe tener un Plan de Autoprotección (evacuación, confinamiento, medios extinción (hidrante), puntos de encuentro, rutas de escape…).
  • Perimetrar la urbanización con cortafuegos y/o aplicar productos retardantes de larga duración sobre la vegetación.
  • Buenos accesos para los vehículos de emergencias.
  • La urbanización debe regular su vegetación interior, paramentos de cierre, pantallas vegetales, jardinería, etc.

TECNOLOGÍA PARA LA SEGURIDAD CONTRA INCENDIOS

La I+D de la industria española en materia de seguridad contra incendios contribuye con sus investigaciones y desarrollos a que las administraciones públicas y los ciudadanos dispongan de las medidas adecuadas para la conservación y protección de sus urbanizaciones, viviendas, y por supuesto los bosques y sus ecosistemas.
Algunas de las tecnologías son:

  1. Redes de hidrantes:

La mayor necesidad en un incendio forestal, es la disponibilidad de agua en la zona del incendio, para que los medios de extinción puedan recargar sus equipos. Por ello, se recomienda la instalación de redes de hidrantes, en las urbanizaciones y zonas habitadas colindantes con masas forestales, para que en caso de incendio, los bomberos y equipos de intervención puedan recargar sus vehículos, y proteger más adecuadamente estas zonas de alto riesgo.
Actualmente, también existen nuevas alternativas para aumentar la protección de las viviendas en zona forestal, como la aplicación de retardantes de largo plazo, que aplicados al inicio de la época estival, garantizan una mayor resistencia a arder del material combustible, durante largos periodos de tiempo. Igualmente, se aconseja el uso en ataque directo de estos agentes retardantes, junto con los de corto plazo, (espumógenos y aditivos para el agua) ya que aumentan el rendimiento en la extinción y favorecen una mayor refrigeración de las zonas afectadas.

  1. Técnicas de simulación:

A través de la que se denomina Simulación de Incendios, mediante FDS, se pueden utilizar las técnicas y herramientas de simulación de incendios más avanzadas, para investigar incendios producidos, analizar y/o verificar riesgos de zonas concretas, incluso estudiar cuál es la efectividad de los medios de protección en caso de incendio forestal.

  1. Nuevos vehículos contra incendios:

Camiones de última generación con categoría G (todo terreno), que permiten a los cuerpos de bomberos llegar y trasportar sus equipos y reservas de agua por zonas de difícil acceso.
Estos vehículos están equipados entre otros elementos, con potentes bombas capaces de alcanzar presiones de agua de hasta 20 en baja presión y 40 bar en alta presión, mangueras de incendios de alta presión para uso profesional y servicio duro, de elevada resistencia a las duras condiciones de este tipo de incendios, y lanzas de caudal regulable, con posibilidad de bajos caudales, monitores telemandos desde interior de cabina para el ahorro de agua, etc.

  1. Nuevos retardantes/aditivos para evitar la propagación:

Retardantes son productos aditivos que mediante mecanismos químico-físicos, pueden retardar el avance del fuego y si su intensidad lo permite, incluso llegar a pararlo. Se han realizado avances en el sector del corto plazo con la optimización de espumógenos y aditivos para agua, etc., que optimizan la capacidad enfriadora de la misma, consiguiendo unos tiempos de extinción muy notables, dificultando la reignición y el avance del incendio en las áreas tratadas durante un corto período de tiempo. Al mismo tiempo son biodegradables, no corrosivos y cumplen con la directiva europea 2006/122, libre de PFOS´S. Permiten la protección de amplías áreas, ayudando a confinar el fuego en su perímetro y dificultando su penetración en ellas, lo que puede ser de gran ayuda en las labores de evacuación y reorganización.
Las nuevas líneas de investigación han conseguido que, con porcentaje desde el 0,1% al 1%, se reduzca la tensión superficial del agua, facilitando su penetrabilidad y también mejorando el tiempo de enfriamiento, a la vez que producen un efecto de sellado que puede sofocar el foco de incendio.
Se pueden aplicar con medios manuales, terrestres y aéreos, sin necesidad de cambiar de producto, sólo el elemento de aplicación. La realización de cortafuegos es otra posibilidad, así como la creación de escudos de refrigeración y protección a las brigadas de intervención.
En los aditivos retardantes de largo plazo terrestre, pueden ser aplicados por medios terrestres y aéreos, en el caso de la aplicación mediante medios terrestres (autobombas y cisternas), ha supuesto una nueva técnica en las operaciones de ataque indirecto: la creación de cortafuegos químicos, con el objeto de facilitar el control del incendio, mediante la disminución de la energía/longitud de llama.
Afortunadamente, los grandes incendios de décadas pasadas y los máximos históricos de1978: 439.000 hs., de 1985: 484.000 hs., de 1989: 426.000 hs y de 1994: 437.000 hs se han reducido en la última década drásticamente. A ello, ha contribuido una mejora en la legislación, en las campañas de concienciación ciudadana, en la organización y coordinación administrativa, en la tecnología utilizada, y en la formación del personal. Sin lugar a dudas, el desarrollo de nuevas herramientas y medios de la industria española, diseñados específicamente para la prevención y extinción de incendios forestales, actualmente se encuentra en un nivel avanzado y han contribuido y contribuirán a la mejora y erradicación máxima de los incendios forestales.

 

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