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El cambio climático y los incendios forestales

08/07/2019 - Articulos Técnicos

La forma en que arden los bosques está cambiando. El cambio climático, la sequía intensa, el abandono rural y el propio desarrollo de los incendios obligan a realizar cambios en las políticas y estrategias de defensa contra los incendios forestales que incluyen a las poblaciones cercanas a los bosques. 

Este análisis nos lleva a los primeros meses del año, en pleno invierno, en los que se han producido centenares de incendios forestales en el Norte de la Península (Asturias, Euskadi y Cantabria), que han destruido miles de hectáreas de masa boscosa y han puesto en alerta durante días a los servicios de extinción y a la población.

Si en invierno tuvimos este panorama, ahora con el inicio del verano estamos muy preocupados por el desarrollo, virulencia y rapidez con que se están produciendo gravísimos incendios. Un ejemplo lo tenemos en el que se ha desatado en Tarragona en Torre de l'Espanyol y Ribera d'Ebre, con 6.000 hectáreas quemadas en menos de dos días, vecinos evacuados o confinados en sus casa, carreteras cortadas y los servicios de emergencias trabajando con la máxima intensidad. Igualmente en Castilla la Mancha (Toledo y Almorox) y su propagación a la Comunidad de Madrid (Cadalso de los Vidrios, Cenicientos…) ha presentado situaciones de gran virulencia y riesgo para los ciudadanos, donde se han vivido escenas muy preocupantes con urbanizaciones, pueblos y cámpings evacuados, 500 efectivos trabajando sobre el terreno (bomberos, UME, BFRIF…) y más de 4.000 hectáreas arrasadas por el fuego. El incendio de Cadalso es el más importante ocurrido en la Comunidad de Madrid desde el declarado en Robledo de Chavela y Valdemaqueda en agosto de 2012, con 2.000 hectáreas quemadas.

En estos primeros y graves incendios de verano detectamos una inusual rapidez en la propagación. En Tarragona, el incendio en solo 6 horas había arrasado cerca de 2.000 ha y el potencial detectado preveía hasta las 20.000 ha.-. Estos incendios extremos, entran dentro de lo que se denomina 6ª generación, y son parte del cambio climático, que se diagnosticó a raíz del estudio de los grandes incendios de 2017 (Portugal y Chile). Son incendios que liberan grandes cantidades de energía generando nubes convectivas a capas altas de la atmósfera (los pyrocumulonimbus) que a través de procesos de downdraft o colapso de la columna convectiva van a alimentar el crecimiento errático y sorpresivo de estos incendios. Este fenómeno hace que el frente llegue a consumir más de 4.000 ha/h. Por ejemplo, en Chile lo hicieron a 8.000ha/h y en Portugal llegaron a consumir 10.000 ha a la hora. 

Ante este tipo de incendio la reacción debe ser rápida y unánime. Siguiendo el planteamiento de los numerosos expertos que están alzando la voz para reclamar a las autoridades nuevas políticas en la gestión de los montes (prevención), y en la protección civil, haciendo un seguimiento sobre la implementación de los planes de autoprotección y una gran campaña de concienciación a la sociedad sobre esta necesidad de autoprotección, como limpieza de las áreas de interfaz urbano-forestal, instalación de hidrantes que aporten un buen caudal de agua en caso de necesidad, ignifugar áreas perimetrales y las propias viviendas; y por supuesto extremar las precauciones en situaciones de riesgo, como quema de rastrojos, barbacoas, etc..

Otro aspecto que necesita una rápida revisión es la legislación sobre medidas de protección y extinción en la interfaz urbano forestal. Desde TECNIFUEGO venimos años planteando la necesidad de reglamentos de protección contra incendios forestales en la interfaz, en urbanizaciones cercanas a bosques, tanto en la protección activa (hidrantes, BIE, extintores, detección…) como en la protección pasiva de los edificios: reacción de los materiales (que no ardan o tarden en arder) y su resistencia para que no colapsen, y pueda haber evacuación; zonas confinadas y protegidas durante las horas que puedan tardar los equipos de rescate, etc.

Las empresas especialistas en la materia contribuyen con sus investigaciones y desarrollos a que el personal de extinción y los ciudadanos dispongan de las medidas adecuadas para la protección de sus urbanizaciones, viviendas, y la extinción de los incendios forestales.

MEDIOS Y EQUIPOS

Redes de hidrantes

La mayor necesidad de los servicios de extinción en un incendio forestal es la disponibilidad de agua en la zona del incendio, para que puedan recargar sus equipos. Por ello, se recomienda la instalación de redes de hidrantes, en las urbanizaciones y zonas habitadas colindantes con masas forestales, para que en caso de incendio, los bomberos y equipos de intervención puedan recargar sus vehículos, y proteger más adecuadamente estas zonas de alto riesgo. Una alternativa es usar agua reutilizada. Así, la reserva disponible para extinción de incendios será menos dependiente de los otros consumos circunstanciales.

Mangueras y lanzas

Mangueras y lanzas desarrolladas atendiendo a las necesidades de los servicios de emergencias. Mangueras, resistentes al calor y a la abrasión, para el transporte de distintos caudales de agua, con pequeños radios de curvatura y que minimizan las pérdidas de carga. Lanzas selectoras de caudal con la posibilidad de seleccionar caudales pequeños, de bajo mantenimiento y que cumplen la norma europea de lanzas EN 15182.

Nuevos vehículos contra incendios

Camiones de última generación con categoría G (todo terreno), que permiten a los cuerpos de bomberos llegar y transportar sus equipos y reservas de agua por zonas de difícil acceso.

Estos vehículos están equipados entre otros elementos, con potentes bombas capaces de alcanzar presiones de agua de hasta 20 bar en baja presión y 40 bar en alta presión, cuentan entre su material de mangueras de incendios para uso profesional y servicio duro, de elevada resistencia a las duras condiciones de este tipo de incendios, y lanzas de caudal regulable, con posibilidad de bajos caudales, monitores telemandos desde interior de cabina para el ahorro de agua, etc.

Retardantes/aditivos para evitar la propagación

Los retardantes son productos aditivos que mediante mecanismos químico-físicos, pueden retardar el avance del fuego y si su intensidad lo permite, incluso llegar a pararlo. Se han realizado avances en el sector del corto plazo con la optimización de espumógenos y aditivos para agua, etc., que optimizan la capacidad enfriadora de la misma, consiguiendo unos tiempos de extinción muy notables, dificultando la reignición y el avance del incendio en las áreas tratadas durante un corto período de tiempo. Al mismo tiempo son biodegradables, no corrosivos y cumplen con la directiva europea 2006/122, libre de PFOS´S. Permiten la protección de amplias áreas, ayudando a confinar el fuego en su perímetro y dificultando su penetración en ellas, lo que puede ser de gran ayuda en las labores de evacuación y reorganización.

Las nuevas líneas de investigación han conseguido que, con un porcentaje desde el 0,1% al 1%, se reduzca la tensión superficial del agua, facilitando su penetración, mejorando el tiempo de enfriamiento de la masa vegetal, y, al mismo tiempo, produciendo un efecto de sellado que puede sofocar el foco de incendio.

Se pueden aplicar con medios manuales, terrestres   y aéreos, sin necesidad de cambiar de producto, sólo el elemento de aplicación. La realización de cortafuegos es otra posibilidad, así como la creación de escudos de refrigeración y protección a las brigadas de intervención.

Técnicas de simulación

A través de la que se denomina Simulación de Incendios, mediante FDS, se pueden utilizar las técnicas y herramientas de simulación de incendios más avanzadas, para investigar incendios producidos, analizar y/o verificar riesgos de zonas concretas, incluso estudiar cual es la efectividad de los medios de protección en caso de incendio forestal.

Drones

Estos nuevos drones pueden distinguir las llamas a 300 metros de altura. Llevan implementada una manguera con boquillas adaptadas, y se controlan a distancia. En general el funcionamiento es manual pero puede ser automático también. Además, están adaptados para el trabajo nocturno, actuando como una herramienta de trabajo para los bomberos. Incluyen también sistema de localización de helicópteros.

Como hemos reflejado, las empresas especializadas en extinción estamos investigando nuevas formas más eficaces de atajar los incendios. Es necesario también que la legislación y las políticas y estrategias de defensa contra los incendios forestales cambien para hacer frente a estos peligrosos incendios que ya tenemos presentes. Una gran campaña de concienciación a los ciudadanos, exigencia del plan de autoprotección a todas las poblaciones cercanas a bosques, e implementación de medios adecuados para la extinción son algunas de las respuestas que se deben dar con agilidad y entereza dada la amenaza que tenemos encima y cuyo pronóstico futuro no da muestras de mejora sino todo lo contrario. Ahora más que nunca: todos contra el fuego. 

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Nacionales:
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