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FACTORES QUE CONTRIBUYEN A LA PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS

09/05/2017 - Articulos Técnicos

ADRIÁN GÓMEZ, PRESIDENTE TECNIFUEGO-AESPI

Para una protección contra incendios (PCI)  eficaz hay que tener en cuenta tres factores: El buen hacer profesional,  la inspección y el control de los sistemas de PCI y el mantenimiento periódico, ligado radicalmente a la eficacia del sistema, y obligatorio por Ley.

La importancia de estos tres factores se debe a una peculiaridad propia de las instalaciones de contra incendios, y es que se encuentran en “reposo”, no se utilizan habitualmente. Por ello, hay que mantenerlas en perfecto estado para que cuando se dé un incendio, funcionen al cien por cien. Si el sistema no está listo, no hay opción de realizar las correcciones necesarias para hacerlo funcionar. 

Hay algunos sistemas, como los de detección de incendio, que conectados a las centrales de alarma, sí tienen interacción con el usuario, sin embargo, no ocurre lo mismo con los sistemas mecánicos o equipos móviles.  Por ejemplo,  es difícil para el usuario conocer si un mal diseño hidráulico del sistema de rociadores impide al agua  llegar con las condiciones adecuadas de caudal y presión para controlar el incendio.  O un extintor, debe estar sujeto a su mantenimiento y  retimbrado para que funcione en caso de conato de incendio.

Todos estamos familiarizados con los manuales de buenas prácticas en múltiples aspectos de nuestra vida cotidiana, como la climatización o la instalación de todo tipo de aparatos. Los sistemas de PCI no son una excepción. Vamos a señalar unos criterios de buena práctica e inspección y mantenimiento, para obtener las mejores prestaciones de un sistema de PCI.  Además, tendremos en cuenta las exigencias del nuevo el Reglamento de instalaciones de protección contra incendios, RIPCI, que entrará en vigor el 12 de diciembre y que  contempla por primera vez nuevos sistemas, como el control de humos, agua nebulizada o aerosoles condensados, que han quedado recogidos en el reglamento. Además de actualizar el listado de normas de aplicación de los sistemas, y concretar las características de uso de algunos sistemas como hidrantes o BIES.

En este Reglamento, RIPCI, hay que destacar la aprobación de un requisito que venimos reclamando desde hace mucho tiempo, porque contribuye a la profesionalización,  y es la exigencia para las empresas instaladoras y mantenedoras de disponer de un técnico contratado y un sistema de gestión de la calidad.

PASO POR PASO

Diseñar el sistema de PCI. Los mejores resultados para conseguir una protección contra incendios de un establecimiento parten del inicio del diseño del edificio y los usos que se le van a dar. Es decir, una detallada evaluación de riesgos y una implementación de la protección.

Sistema general de PCI, global e integrado. Debemos considerar los diferentes sistemas de PCI como un sistema general, no varios sistemas aislados, para conseguir una plena interacción entre los equipos de protección activa y las aplicaciones de protección pasiva.

Es imprescindible partir de la base de que la protección pasiva, en especial la compartimentación, es un aspecto primordial y determinante a la hora de diseñar los sistemas de protección activa. Un edificio industrial cuya sectorización sea defectuosa o inexistente convertirá todo en un mismo sector y provocará un incremento de las exigencias de protección activa contra incendios.

El uso diario. Según el uso y tipo de riesgo, existen situaciones que, requerirán ciertos sistemas de PCI, aunque en un principio no sean exigibles. Por ejemplo, la habitación de servidores informáticos, en el que una empresa puede tener almacenados todos sus datos de clientes, proyectos, etc.

Diseñar e instalar sistemas sencillos y fiables. Los sistemas de protección contra incendios, cuando fallan, lo hacen probablemente en el peor momento posible.

Es preferible simplificar la actuación de los sistemas de PCI. Por ejemplo, no tiene sentido confiar el cierre de una compuerta cortafuegos a la aplicación de energía eléctrica, siendo mucho más sencillo diseñar el sistema de forma que cuando falle la energía se cierre automáticamente. En cuanto a la posibilidad del fallo humano, si hay una válvula importante que puede quedar cerrada por error, y evitar el paso del agua a los sistemas, tómense medidas para evitar que esto ocurra (supervisión eléctrica, por ejemplo). Si una bomba de incendios puede ser dejada en modo manual por error, evítese esta situación provocando una señal técnica en la central de incendios cuando la bomba esté en modo manual.

 Mantenimiento. Partiendo de la base de que un mantenimiento incorrecto inutiliza un sistema, el instalador deber tener en cuenta que los equipos que va a dejar instalados y funcionando tienen que ser revisados periódicamente y reparados en caso necesario.

Como ejemplos de situaciones a evitar, tenemos los detectores automáticos  que se instalan sobre falso techo no practicable, las válvulas de sectorización que son instaladas a alturas inalcanzables; redes de distribución de agua e hidrantes sin válvulas de sectorización, y que por tanto inutilizan todo el sistema ante la más pequeña avería; bombas contra incendios instaladas en recintos que serán inundados en las primeras lluvias, o sin ventilación suficiente; puntos de prueba de rociadores que quedan ocultos en zonas inaccesibles; sistemas de extinción mediante gas sin bloqueo mecánico para labores de mantenimiento, etc.

Puesta en marcha o verificación real de funcionamiento. Dado que la mayor parte de las veces el sistema de PCI no se activará, la única forma de saber que los sistemas funcionarán correctamente es verificar periódicamente la operativa de los mismos. Al igual que un mantenimiento mal hecho acaba con la eficacia del sistema, una puesta en marcha poco exhaustiva puede dejar un buen sistema en muy malas condiciones de funcionamiento real.

Es necesario verificar especialmente:

-        Los grupos de bombeo, cuyas prestaciones y accionamiento se deben verificar completamente, por ser el corazón de todos los sistemas de extinción por agua.

-        Los sistemas de extinción mediante gases. Estos sistemas son difíciles de probar en condiciones reales, pero sí es posible, al menos, efectuar todas las pruebas funcionales y de seguridad que garanticen que el sistema está listo para funcionar cuando tenga que hacerlo. Así mismo, la automatización del funcionamiento de estos sistemas puede ser relativamente compleja, en especial cuando existen válvulas direccionales, por lo que se debe verificar que todas las condiciones y protocolos de funcionamiento (con sus retardos, alarmas, seguridad de las personas, etc.) funcionan tal como se diseñaron.

-        Los sistemas de espuma suelen ser también objeto de puestas en marcha no del todo correctas. Por ejemplo, es difícil saber si el sistema va a lanzar espuma en cantidad y concentración suficiente si la comprobación se limita a los cálculos teóricos. Se debe garantizar, realmente, que obtenemos el producto que requiere el incendio para ser apagado.

La idea central es que los sistemas de PCI deben ser fiables, y ello se consigue con su correcto diseño y montaje, su mantenimiento, y por supuesto la inspección y el control de las instalaciones.

CÓMO CONSEGUIRLO

Desde TECNIFUEGO-AESPI creemos indispensable promover estas premisas desde diferentes ámbitos:

-        La formación, como principal elemento para mejorar la cualificación y calidad de las ingenierías e instaladores. También apuntando a clientes finales, para los cuales la información significa habitualmente un punto de inflexión de su opinión sobre los sistemas.

-        Una mayor vinculación desde las fases iniciales del proyecto entre el cliente final, la ingeniería, el instalador y las compañías de seguros es casi siempre garantía de un autocontrol entre partes, que genera en la mayoría de los casos un mejor resultado final.

-        Inspecciones periódicas. El nuevo RIPCI exige estas inspecciones periódicas, dependiendo de los años de la instalación. La propiedad está obligada a realizar revisiones trimestrales de los aparatos, equipos y sistemas. Y lo debe hacer constar en acta  (siguiendo la norma UNE 23580 Seguridad contra incendios. Actas para la revisión de las instalaciones y equipos de protección contra incendios. Inspección técnica para mantenimiento). Dichas actas deben ir firmadas por la propiedad y el mantenedor.  Por su parte, el Reglamento de Seguridad contra Incendios en Establecimientos Industriales establece la posibilidad de que el Estado delegue las funciones de inspección y control en organismos certificados a tal efecto. En dicho Reglamento se establecen las condiciones y plazos necesarios para la inspección de las instalaciones en función del riesgo.

Formación, concienciación, cumplimiento legislativo e inspección con los pilares para la mejora sectorial, y desde TECNIFUEGO-AESPI apoyaremos todos los procesos e iniciativas encaminados a ello

    

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