El Comité Sectorial de Detección de TECNIFUEGO-AESPI, en colaboración con el Ayuntamiento de Barcelona, ha organizado su mesa redonda anual en Barcelona para tratar los temas más candentes relacionados con la Protección contra Incendios (PCI). En esta ocasión, un grupo de expertos de diferentes actividades ha debatido sobre la protección en edificios verticales de vivienda y urbanizaciones.
El debate fue introducido por Vicente Mans, presidente de TECNIFUEGO-AESPI, que mencionó la necesidad de concienciar a los ciudadanos sobre el riesgo de incendio en los edificios de viviendas.
Vicente Mans presentó la Asociación, patronal de PCI e hizo un rápido repaso de sus actividades y su participación en diversos foros nacionales e internacionales para promover la normalización, el desarrollo de la PCI y su divulgación. En este sentido se proyectó un video de divulgación de los sistemas PCI aplicados a vivienda. Agradeció asimismo el homenaje reciente como reconocimiento y despedida a Miguel Moreno actual coordinador del Comité Sectorial de Detección.
PARTICIPANTES
Durante la presentación, Miguel Moreno, coordinador del Comité de Detección, subrayó que no hay mejor modo de elevar los estándares de prevención que a través de la exigencia de los usuarios. En la actualidad, el Código Técnico de la Edificación (CTE) sólo establece la necesidad de detección de incendios en viviendas cuya altura de evacuación sea superior a 50 m. “Los edificios de altura tienen un mayor riesgo debido a la dificultad del aviso y tiempos de evacuación para los inquilinos. Otro grupo edificatorio de riesgo, por concentrar a muchas viviendas juntas e interconectadas, son los grandes complejos y urbanizaciones, que suelen estar cerrados al público externo y que ofrecen unos servicios comunitarios comunes, con salones de reuniones y espacios para actividades de niños, jóvenes o personas mayores, y cuyos elementos de protección contra incendios, por ley, son escasos, sin estar obligados, por ejemplo, a instalar sistemas de detección de incendios”, comentó Miguel Moreno.
A continuación, Santiago Montero, como moderador de la mesa, presentó a los participantes y explicó la dinámica de intervención en el debate.
La primera exposición corrió a cargo de Javier Larrea que desveló algunos datos estadísticos, de 2011, de incendios en vivienda, como que el número de víctimas mortales de incendios en España, en relación a otros países europeos, es más bajo de la media. Además, hubo 173 muertos por incendio, de los que el 52% se encontraban en la franja de edad de los 30 años a 64 años, el 38 % eran mayores de 65, el 8%, entre 15 y 29 años y finalmente el 2%, entre 0 y 14 años. La siniestralidad es un hecho claramente estacional, así lo demuestra el hecho de que la mitad de las víctimas se produzcan en invierno. De las víctimas en edificios el 70% lo fueron en vivienda y no en edificios industriales o profesionales. Por uso de las viviendas, el 69% de víctimas se produjeron en edificios colectivos y el 25 % en edificios unifamiliares. El 95% de las víctimas eran habitantes habituales, el 65% estaban acompañadas y el 49% se encontraban en el dormitorio.
Javier Larrea, concluyó que la tendencia en número de fallecidos por causa de incendio ha ido de descendiendo de forma constante. Y comentó algunos aspectos en los que se puede mejorar: eliminar los peligrosos braseros de las casas, restringir el uso del gas en viviendas de personas mayores, reducir la carga de fuego en espacios comunes e instalar detección de humos.
Por su parte, Joan Pedreny hizo hincapié en que el gran déficit en el marco legislativo es la actuación de las personas. La Ley establece dónde y cuándo se debe hacer una instalación contra incendios, pero son las personas las que las deben mantener y actuar en caso de incendio.
Reflexionó Pedreny acerca de la interpretación del marco legal, especialmente allí donde se requiere una respuesta precisa que no se contiene de forma expresa en la Ley.
En Barcelona se realizan más de 15.000 intervenciones anuales de las que, el 22% son incendios, de los que el 50% se producen en vivienda. Los tiempos de respuesta son de promedio de 6’5 minutos, con una duración media de 35 minutos, según datos de 2013
A continuación, Eleuterio de Peque centró su charla en los factores de análisis para la mejora de las condiciones de seguridad en las viviendas. Expuso la situación de las viviendas en cuanto a los riesgos debidos a los materiales empleados, no sólo en la construcción, sino aquellos empleados por los inquilinos para la decoración y bienestar, como revestimientos y materiales con distinta respuesta al fuego, muebles, textiles, libros, cocinas, etc. Así, la situación de emergencia se produce con la emisión de gases, humos, llamas y calor. La propia propagación del incendio y la difusión de gases y humos. Es especialmente grave la difusión de estos gases y humos a través de las comunicaciones verticales y de los propios conductos de las instalaciones eléctricas.
Hay una gran dificultad en reducir los riesgos por los materiales y equipamientos También por la aplicación de la prevención, con lo cual son exigibles las medidas de mejora en la fase de obra/ejecución. Desde la óptica de la de los riesgos cabe la aplicación de instalaciones de detección y alarma de incendio, instalaciones de extinción y dotarse de una adecuada capacidad de respuesta a la emergencia, finalizó de Peque.
Ángel Sánchez se centró en el aspecto de ingeniería, y disertó sobre la adecuación y suficiencia de las normas y reglamentos.
Sánchez apelo al comportamiento personal e individual en el reconocimiento e identificación de los signos de riesgos, signos reconocibles, por ejemplo, en un diferencial, interruptor o enchufe que se calienta, etc. Opinó que las principales reglas de prevención deben ser el cumplimiento de los reglamentos de baja tensión y de instalaciones de gas.
Así pues, comentó que la prevención debe comenzar por promover y mejorar la cultura de la autoprotección y para ello es preciso creer en la necesidad de prevenir. Sánchez hizo un “test de demostración” preguntando a los asistentes en primer lugar quien disponía de un extintor, quien disponía de extintor sin caducar, quien disponía de un detector, etc. Las respuestas del público congregado hizo evidente la necesidad de abundar en la promoción de la cultura de la prevención y la autoprotección.
Elias López expuso el punto de vista de empresa del sector de PCI, señalando que es preciso explicar que los detectores de incendio hoy salvan vidas. Puso de manifiesto que el coste de la seguridad que provee un detector de incendios es extraordinariamente bajo y solo requiere como mantenimiento el cambio de las baterías cuando estas se agotan. Hoy se dispone de muchas opciones y tecnologías, incluso dispositivos independientes que emplean las nuevas tecnologías y que además de detectar, nos mostrarán en nuestro terminal móvil el estado en que se encuentran o si hay una incidencia.
Juan de Dios Fuentes, nuevo coordinador del Comité de Detección de TECNIFUEGO-AESPI hizo referencia al desconocimiento popular de las tecnologías de detección y alarma, cómo detectan o qué gestionan. Fuentes versó su exposición sobre los sistemas desde el aspecto funcional y la composición de los elementos.
Por su parte, Inmaculada Barrau, representando el punto de vista de los administradores de fincas explicó cuáles eran las dificultades existentes en el cumplimiento de nuevos requerimiento de forma retroactiva, y de la elevada dificultad que supondría para la comunidad acceder a las viviendas para mantener un detector, en caso de ser obligatorio, y que la seguridad de los edificios de viviendas tal vez debe previamente pasar por otros campos de actuación antes que la detección de incendios
Actualmente, existe una considerable acumulación de reglamentación a aplicar en los edificios de viviendas existentes: reformas que se exigen en las instalaciones eléctricas o en las instalaciones de calefacción, para adaptarlas a la normativa de seguridad, eficiencia energética, etc... Por ello, y dado el contexto económico actual, en lugar de añadir más exigencias normativas y de seguridad contra incendios, que siempre es recomendable, considera que debe trabajarse en la concienciación del usuario de los edificios de viviendas, sobre que la mejor manera de prevenir incendios pasa por tener un buen mantenimiento y hacer las revisiones periódicas de las instalaciones (electricidad, calefacción y climatización, gas, aparcamientos, trasteros, etc..), puesto que cumpliendo con los requisitos de seguridad se disminuye sustancialmente el riesgo.
En este sentido, los administradores de fincas promueven en sus cursos y en sus asesorías a los colegiados en la importancia de garantizar la compartimentación entre locales de distintos usos en el edificio, como restaurantes o comercios, en el cumplimiento de las normativas contra incendios entre chimeneas y huecos de viviendas, en garantizar la evacuación de las personas con seguridad tanto de las viviendas como de los aparcamientos, etc… y se promueve como elemento de seguridad el cumplimiento reglamentario. Una recomendación muy recurrente y que genera conflictos en las comunidades es la disponibilidad de salidas del edificio y de emergencia de los aparcamientos sin llave, ya que siempre existe un conflicto entre la seguridad de los bienes y la protección de las personas, puesto que cuesta concienciar al usuario que la prioridad es la evacuación de las personas.
En general, cuando se reforman instalaciones de baja tensión se suele implementar alumbrado de emergencia como medida complementaria de seguridad. Lo mismo ocurre en obras de rehabilitación estructural en que se efectua la aplicación de protección pasiva sobre el elemento donde se actúa.
A efectos de instalaciones de PCI, cabe observar que todavía existen en Barcelona, muchos aparcamientos que no cumplen la disposición transitoria 4ª de la Ordenanza municipal de condiciones de protección contra incendios (2008), que obliga a ciertas instalaciones a cumplir con carácter retroactivo la normativa actual a efectos de instalaciones de detección de incendios, alarma, señalización, protección contra incendios y extracción y control de humos del incendio.
Finalmente, Barrau resumió su mensaje en que se debe insistir especialmente en campañas de concienciación a los usuarios del edificio de la prevención contra incendios y del comportamiento idóneo en aras de la seguridad, y que con un buen mantenimiento del edificio y de las instalaciones se obtiene mayor seguridad contra incendios.
CONCLUSIONES FINALES PARA LA REFLEXIÓN COMÚN:
Por último, se dieron una serie de recomendaciones para mejorar la seguridad contra incendios en los edificios:
Al finalizar la mesa redonda, Miguel Moreno en nombre del Comité de Detección de TECNIFUEGO-AESPI hizo entrega de una placa de reconocimiento a toda su trayectoria profesional a Javier Larrea, ex secretario general de APTB (Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos) y una de las personas más reconocidas en el sector.